De la cultura inaccesible a la sociedad inclusiva: el arte como derecho y herramienta de integración
Si el arte pop fue el fin de la exclusividad cultural para las élites, la cultura accesible supone el comienzo de una nueva sociedad más inclusiva que se empieza a manifestar
Al imaginar una cultura accesible, hasta hace no mucho, se pensaba en exposiciones con audioguías, audiolibros, películas subtituladas y pinturas en relieve. Existen más iniciativas en esa línea, pero la filosofía de su diseño no es muy distinta: productos pensados para un público con capacidades diversas con objeto de hacerles el arte más accesible o, sencillamente, para vender.
La cultura accesible e inclusiva está dando pasos de gigante, a la vez que lo hace una conciencia global de acceso al arte .
La inclusividad debe ser cognitiva, física, intergeneracional y de género. También étnica, ideológica, internacional y creativa porque, la hasta ahora llamada “normalidad”, es un concepto que se ha quedado pequeño.
Vivimos en un contexto global en el que tanto agentes culturales como ciudadanos -los llamados “públicos”- disponen de herramientas teóricas y tecnológicas suficientes para enriquecer las experiencias artísticas conocidas. Las individuales y, sobre todo, las colectivas. Es en este contexto en el que la accesibilidad universal y la inclusión deben ser conceptos estructurales en la creación, la difusión y el disfrute del arte y de la cultura.
Si ya no tiene sentido un arte inaccesible para una sociedad excluyente, Incluye Cultura es el escaparate para mostrar las iniciativas de los que trabajan para que este cambio se convierta en realidad.
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